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San gil crece y es invadida por la delincuencia

San gil, es un pueblito de paso o ciudad en crecimiento que tiene como sobrenombre la Perla del Fonce, la cual está ubicada geográficamente en camino Bogotá – Bucaramanga, para ser más exactos en la ruta 45ª, la cual es una de las carreteras más importantes en Colombia, y hace que hace algunos años se haya tomado el impulso de crecer, ya que es denominada la capital turística de Santander, y un portal a la práctica de deportes  extremos, una de las grandes ventajas de vivir aquí es que todo está cerca por el momento, puedes caminar durante quince minutos de un lado a otro y fácilmente llegar al lugar de destino, igualmente es rodeada de pueblos coloniales que inmortalizan las costumbres autóctonas del departamento ya sean culinarias, musicales o puntos de acceso culturales; hablando del más conocido: Barichara, nombrado como patrimonio nacional, un pueblito que conserva su colonial arquitectura y al visitarlo es un viaje en el tiempo, también tenemos a Curití, Ocamonte, Onzaga, Mogotes, Valle de San José, Charalá, Pinchote y Socorro.


Soy originaria de San gil, nací, me crie y actualmente formo parte de los ciudadanos que a diario caminan hacia una vida rutinaria en el sector, cuando escucho las vivencias de sus visitantes logró notar una perspectiva diferente, ellos valoran cosas que paso por desapercibido habitualmente, es llamativa por sus colores, cantidad de zonas verdes, un río atraviesa la mitad del espacio, el cuál aprovechan las empresas para practicar uno de los deportes extremos como lo es: el canotaje.
Como sitios frecuentados tenemos el Malecom, Parque natural El gallineral, las arepas de el zaguán, los batidos de la plaza de mercado, comida típica del ganadero y para los que quieren gozar de una experiencia de primera mano, se les recomienda; pero… ¿qué sucede cuando analizamos desde otra perspectiva? Al ser un frecuente punto de partida y gran acogida a sus visitantes, puesto que algunos quedan tan encantados que optan por la decisión de convertirlo en su nuevo hogar.

La gran variedad de forasteros es diversa, algunos se quedan para generar una buena acción y enriquecer ésta pequeña ciudad, pero otros en cambio optan por degradar los principios educativos y rompen la confianza que se mantiene entre los habitantes, no desarrollan asertivamente proyectos positivos, si no que se aprovechan de la amabilidad para beneficio propio; un acto que es considerado egoísta, y es nuevo en la región: la delincuencia.


En éste universo limitado encontramos residentes: paisas, costeños, bogotanos, boyacenses, nariñenses, cucuteños incluso llegamos a encontrar panameños, peruanos, estadounidenses y venezolanos; éstos últimos tienen una cifra significativa en la región, ya sea que se hayan venido por la desafortunada situación del país vecino o por voluntad propia.
Doy ésta última nacionalidad como tema específico ya que se evidencian casos de hurto con una leve amenaza de arma blanca que visualmente se nota que el delincuente no sabe lo que está buscando, me refiero a los últimos robos que se conocen en la región; hace algunos días se registró en ésta modalidad el robo de un celular de gama media, una joyería en acero y los espejos de una moto, notando que es alguien sin experiencia que ejerce su funcionabilidad con lo primero que ve.


Ante ésta alarmante situación los entes gubernamentales están haciendo lo que más se puede, pero pienso que no trabajan en equipo, es decir, la policía cumple con su función de atraparlos, pero en los procesos fiscales lo que hacen es llenar un proceso en su historia y en menos de 24 horas salen en libertad, considerando el motivo que no son un peligro para la comunidad, pensamiento erróneo.
Resaltamos las campañas de concientización que por parte de la alcaldía mensualmente se hacen las visitas a los colegios con mayor índice de revolucionarios, dado que es alarmante las jóvenes edades de los delincuentes, no superan la mayoría de edad. En algunos casos son controlados por un grupo de malhechores, aprovechándose hacia su juventud evitando sospechas de sus actos en primera instancia.

En cumplimiento con la ley, la policía nacional y el ministerio de defensa adelanta restructuraciones en la localidad para mejorar su pie de fuerza  con nuevas instalaciones, aumento de la fuerza pública, tecnologías; con el fin de aportarle al municipio más seguridad a sus residentes y visitantes, siendo San gil, la capital turística de Santander.



Por: Carol Yulieth Gutiérrez Correa.

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